sus palabras eran sarcasmo y odiosidad, todo junto y atravesado.
se contaban con los dedos de la mano de una persona sin brazos al que con jubilo tenia el derecho de abrazarla.
pues había que sudarse para ganar el derecho de por lo menos verla allá en sus aposentos sentada.
no era fácil, para nada.
pero al final ella era un polo positivo y como en toda ciencia, allí estaba su polo negativo.
ignoraba tal idea y como siempre reía.
hasta que llego ese día...
el momento menos esperado para conocer a la persona que le daría un giro a su vida.
como siempre un "hola" ante todo, seguido de una conversación absurda.
ambos se miraban.
ambos sonreían.
pero ella particularmente se reía mas de la cuenta.
no entendía porque lo pensaba tanto.
no entendía porque quería repetir el día con su compañía.
pero en el momento justo y esperado.
él rompió el hielo, haciendo el movimiento para pedir su mano.
cabe destacar.
no soy ella, para expresar aquí con palabras lo que pudo sentir en ese instante.
pero posiblemente su cuerpo era un mar de bonitas emociones y sensaciones.
encima de él, saltó.
fuerte lo abrazo.
repetidas veces dijo "si".
y sin saberlo, allí fue donde ella se quebró.
le obsequio sus palabras.
le obsequio sus miradas.
le obsequio su tiempo.
y lo mas importante... le obsequio todo su amor.
al tiempo algo pasaba, algo no cuadraba.
ella evaluaba y evaluaba la situación.
él le decía que estaba ahogándose en paranoias.
pues todo era como debía ser.
hasta que salio la bestia.
él enseño sus garras y la rasguño.
tanto que de por vida marcada quedó.
ese fue el día que todo termino.
hoy en día ella ríe, ella vive.
es una mujer profesional y enfocada.
pero en lo mas profundo de su ser, existe ese recuerdo.
que no le molesta para nada sus momentos.
pero que siente que no forma parte de ella.
y aunque así lo niegue.
desea matarlo mil veces.
Carlos Velásquez Rodriguez
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